Los remedios caseros y habituales han ayudado a matar otros patógenos en el pasado gracias a su valor sobre nutrición y a cómo fueron creados con el fin de sanar estas patologías. Estas hierbas medicinales se han creado en diferentes partes de todo el mundo, pero en algunos sitios, se valoran más que otros.
Según la La Organización Mundial de la Salud, la medicina fundamentada en plantas fue un jugador clave en la pelea contra el brote de trastorno respiratorio agudo severo (SRAS) en China de 2003, de esta forma como en el incremento de la inmunidad contra el VIH y el SIDA en África, y el mercado anual mundial de estos remedios se aproxima a $ 60 mil millones. La OMS además mencionó que EE. UU., India, China, Nigeria y su organización están realizando destacables inversiones en la exploración para hallar hierbas prometedoras y crear nuevos compuestos químicos.
No obstante, se sugieren cuestiones éticas alrededor de la producción de remedios caseros, puesto que la industria farmacéutica sigue dominando occidente.
“Existe una división legal y estructural entre las sustancias medicinales que están reguladas por la FDA, producidas y comercializadas por la industria farmacéutica y pagadas por la industria de seguros, y las terapias naturales que no lo son”, ha dicho Elissa Foster, directora de programas de estudio de la comunicación de salud en el Colegio de Comunicación de DePaul.
No obstante, más allá de que este es la situacion, Foster mencionó que podía ver a más personas acostumbrarse a los remedios caseros. “[Los remedios naturales] tienden a enfocarse en trabajar ajustados con las propias defensas del cuerpo para sostener la salud (prevención y acompañamiento inmunológico)”, ha dicho Foster.
Además, Foster mencionó que los medicamentos recetados sirven primordialmente para sanar una cierta patología. Ya que todavía no se encontró una cura para el virus, aconseja recurrir a tratamientos herbales porque asisten a desarrollar una manera más fuerte de prevención.
Cuando el virus golpeó a Japón, Yuki Miyamoto, instructor asociado en el departamento de estudios religiosos de DePaul, vio que se publicaban varios artículos sobre lo que debería tomarse para el acompañamiento de inmunidad. Los comestibles que se recomendaron fueron yogurt, miso (generalmente hecho en una sopa) y natoo (frijoles fermentados), que son todos probióticos.
“Veo mucha más medicina preventiva en vez de remedios hoy en día”, ha dicho Miyamoto.
Miyamoto mencionó que además vio artículos que recomiendan beber té verde, puesto que tiene las caracteristicas antimicrobianas de la catequina, que demostró su efectividad en la pelea contra distintas patologías. El té verde es una bebida que se consume a nivel mundial, pero se produce de forma prominente en los países asiáticos.
Antes del brote del virus, los japoneses usaban una diversidad de remedios caseros que podrían contribuir a sanar patologías. Estos remedios poseían un concepto sobre nutrición y espiritual detrás de ellos.
Miyamoto mencionó que los japoneses acostumbran recurrir al “tamagozake”, un trago de yema de huevo y sake. Esto ayudaría a calentar el cuerpo a una temperatura saludable por medio del consumo de alcohol y proteínas.
“El calentamiento de su cuerpo en una patología es una costumbre generalizada en Japón, que hace poco se demostró científicamente que el cuerpo que puede crear calor, revela una utilidad más alta del sistema inmunitario”, ha dicho Miyamoto.
Además, Noboko Chikamatsu, codirectora y profesora asociada del programa de estudios / idioma japonés en DePaul, mencionó que la papilla de arroz de “okayu” además es un plato que se sirve frecuentemente, puesto que es paralelo a cómo se valora la sopa de pollo en los USA. Okayu se come con “umeboshi,” que es una ciruela agria y salada, o “udon,” una sopa de fideos de flores blancas en un caldo dashi (caldo de pescado de bonito y algas marinas). Umeboshi contribuye a calmar las náuseas.
Más allá de que los remedios caseros son aún usado, Japón ha dirigido su atención al intentar desarrollar una vacuna para sanar el virus.
“La institución nacional de medicina y algunas empresas farmacéuticas, como Takeda, Tanabe, Fuji, Teijin, etc. estuvieron haciendo un trabajo arduamente para una exclusiva vacuna “, ha dicho Chikamatsu.
Aún existe preocupación alrededor de la política nacional de Japón y las cuestiones de inseguridad para el país.
Tanto Miyamoto como Chikamatsu dijeron que aunque el presidente Shinzo Abe dijo una emergencia nacional, varios aún van a trabajar. Según Miyamoto, esta falta de precaución trajo una exclusiva forma de pensar al país.
“La falta general de precaución había causado un raro tipo de nacionalismo o etnocentrismo, como si la multitud en Japón fuera invencible”, ha dicho Miyamoto.
Algunos japoneses además han recurrido a la mitología para llevar a cabo frente a lo largo de estos momentos. Como Japón vió cómo la mitología y los remedios caseros han jugado un concepto particular en su país, además lo hizo Filipinas.
La estudiante de segundo año de DePaul, Jessica Nalupta, es originaria de Filipinas y mencionó que sabe cómo se valoran estos remedios en su cultura.
“Hay algunas personas que se cree que recibieron un poder particular para sanar por un ser sobrehumano y superior”, ha dicho Nalupta. “Por ejemplo, poseemos curanderos herbales o religiosos que no se sometieron a una capacitación médica formal, pero que todavía tratan a los pacientes con una mezcla de plantas medicinales, tradición y oración”.
Nalupta no tomó varios remedios, pero comprende cómo asisten a sanar patologías. Aunque Filipinas se enfoca primordialmente en pruebas masivas y medidas de precaución para el virus, hay remedios que ya existían para tratar a esos que podrían estar en más grande compromiso. El ajo se utiliza extensamente en el país porque puede bajar la presión sanguínea. Nalupta además mencionó que un melón amargo, mejor popular como ampalaya, se utiliza extensamente en Filipinas porque puede matar las células cancerosas, los virus y bajar el azúcar en la sangre. Además se conoce que Malunggay (rábano picante) tiene un prominente valor sobre nutrición puesto que puede contribuir a tratar cortes e infecciones de la piel.
Por el momento, Nalupta recurrió a tomar más vitamina C y estuvo bebiendo equinácea, una hierba usada para batallar la gripe y los resfriados.
Chikamatsu y Miyamoto tomaron prudencias semejantes. Chikamatsu empezó a utilizar una máscara esporádicamente a objetivos de febrero, que fue cuando viajó de Chicago a Los Ángeles y regresó. Como nadie llevaba una máscara en el campo de aviación, unicamente se la puso cuando se encontraba en el vuelo. Nadie en la oficina de artes liberales y sociología de DePaul lo llevaba puesto, por eso se lo quitó.
Miyamoto mencionó que además utiliza una máscara en el momento que está afuera y con continuidad limpia las superficies que podrían estar infectadas. Consume más té verde y vitaminas y se afirma de reposar lo bastante.
La integración de remedios caseros en la vida día tras día a lo largo de esta pandemia además podría proveer provecho para la salud psicológica. Foster mencionó que estos medicamentos desarrollan una sensación de familiaridad y red social. Tomar comestibles como la sopa de pollo y lentejas, el té de jengibre y cúrcuma o el caldo de huesos tienen la posibilidad de proveer nutrición física y relacional cuando alguien está enfermo.